Entre los asuntos más debatidos en la actualidad se encuentra la explosión demográfica, que para unos se ha convertido en el mayor peligro que amenaza a la humanidad y, para otros, en una de esas crisis que el desarrollo inventa y el subdesarrollo padece.
“Once niños llegan al mundo mientras usted escucha esta frase. En el mismo lapso, cinco personas habrán muerto. Esa diferencia de seis, entre los que nacen y los que mueren, es la vida que mata, el mayor peligro que amenaza a la humanidad desde su origen: el exceso de población”. (Jacobi, C., 1970: 13.)
“Actualmente está de moda exigir que las naciones ricas transformen su maquinaria bélica en un programa de ayuda al desarrollo del Tercer Mundo. La amenaza que para el mundo industrializado representa la superpoblación y el subconsumo de nueve décimos de la humanidad podrían conducir a esa improbable manifestación de autodefensa. Pero si ello sucede, llevaría también a una desesperación irreversible, porque los arados de los ricos pueden hacer tanto daño como sus espadas. A largo plazo, los camiones norteamericanos pueden ser tan dañinos como sus tanques, puesto que es más fácil crear una demanda para los primeros que para los segundos. Y una vez que el Tercer Mundo se haya convertido en un mercado masivo para los bienes, los productos y las formas de procesamiento, diseñados por y para los ricos, el subdesarrollo se torna inevitable.” (Illich, I., 1977: 15.)
En naciones con altos índices de natalidad y con una expectativa de vida relativamente baja, en comparación con las potencias industrializadas -más de un 30 por ciento de la población es menor de 10 años, lo cual significa que no participan activamente en el proceso productivo-. Si se compara este dato con el proporcionado para los países desarrollados, se encuentra que estos últimos tienen una población menor de 10 años que fluctúa entre el 15 y 18 por ciento. Es decir, la población económicamente activa es más significativa en los países ricos que en los pobres. (Figueroa M., Gallardo I. y Lafarga, J., 1977: 10.)